Pero Brasil 2014 pretende ser, según palabras de la FIFA y de los organizadores locales, un mundial de sesgo ecológico y orientado hacia la planificación sustentable, como ya lo viene demostrando con el reciclado de materiales en la refacción de estadios, el desarrollo de cubiertas autolimpiantes y el monitoreo de emisión de gases tóxicos en cercanías de algunos estadios.
En ese sentido, las autoridades brasileñas han decidido establecer un estado de excepción para el tránsito y de seguridad, cuyos detalles los expresa un "Manual de Procedimientos para Grandes Eventos" que regirá durante la Copa del Mundo que se juega en Brasil entre junio y julio.
Tanto el Manual como la información brindada por las autoridades de Río sostienen que:
* Está permitido el acceso en el bus público de Río. Para ello se han construido carriles exclusivos en la ciudad.
* Tampoco podrán acceder hasta las puertas de entrada del estadio los buses privados, ya sea contratados por agencias de viajes, agencias de tours y paquetes turísticos o grupos de particulares.
* Habrá mucha policía: 700 agentes más de los que hay en un partido habitual, que podrán orientar a los turistas.
* No se venderán bebidas alcohólicas ni se permitirá su consumo en las zonas cercanas a donde se juegue algún partido de la Copa del Mundo.
* Se reforzará la línea del Metro de Río de Janeiro que lleva al Maracaná, particularmente desde el aeropuerto Galeao y desde el Santos Dumont (que es exclusivo para vuelos internos), por donde accederán muchos presurosos turistas deportivos ansiosos de ver jugar a su equipo. Y no olvidemos que aquí se jugará la final.
* Toda la información relevante para ver los partidos en el Maracaná está en folletos, volantes, trípticos, mapas y guías, que ofrecen además información turística general y son entregados por las oficinas de informacón turística.
* Hay una aplicación para teléfonos móviles que permite acceder a información importante para turistas sobre la ciudad de Río de Janeiro.
