Esta elección de la mascota Fuleco con las señaladas características es consistente con la política tanto del estado del Brasil, como de la federación de fútbol local, que se manifiesta en los esfuerzos y las obras destinadas a cuidar el entorno y favorecer el desarrollo sustentable: se espera hacer del de 2014 el primer mundial ecológico.
Por caso, se ha
Ya hemos podido conocer cuál será el balón oficial del próximo Mundial, para el que no han tenido que clasificarse las selecciones de fútbol de Brasil y España -el último campeón en Sudáfrica 2010-, de a poco vamos conociendo la obra en los estadios, como el Arena Pantanal de la ciudad de Cuiabá, pero en el famoso y más importante estadio brasileño -donde se jugará la final del Mundial 2014 y el partido inaugural- pasará algo inédito en el fútbol de selecciones nacionales masculinas mayores: el mítico estadio de Río de Janeiro se proveerá completamente de energía obtenida de paneles solares durante la Copa del Mundo.
Para ganar por sobre sus rivales -Amijubi y Zuzeco- el armadillo Fuleco tuvo que hacer campaña a lo largo y a lo ancho de territorio brasileño en favor de la conservación del medioambiente y la importancia de la preservación del ecosistema y la biodiversidad naturales en País Tropical.
Es que Fuleco resulta de la fusión de "fútbol" (la ele proviene del final de la palabra, pues en portugués la palabra también sigue con "t" después de "fu": "futebol") y "ecologia", y además luce muy simpático con los colores amarillo y verde y su caparazón dorsal de color azul o celeste azulado, además de una remera con la leyenda "Brasil 2014", tal vez comprada a un bronceado vendedor ambulante en las playas de Ipanema.
